Todos hemos leído en alguna ocasión que la música influye en nuestros hábitos de compra cuando vamos al supermercado, que no debe ser muy ágil para que nos detengamos en los productos, pero tampoco demasiado lenta para que no nos adormezcamos. Parece que esta medida nos sigue influyendo a pesar de ser conocida por todos, pero la música no solo nos afecta en esos medios que tenemos aprendidos.
Asociación
La música nos permite una asociación subconsciente de ideas. Adrian North, científico de la Universidad de Leicester ha estudiado los patrones a los que nos conducen las distintas músicas. Uno de los ejemplos más sorprendentes está en que asociamos la nacionalidad de la música para comprar productos del mismo país. Aunque no lo valoremos a nivel consciente, poner música oriental empuja a aumentar las ventas de sus productos, por ejemplo.
Entre otros datos, también consiguió demostrar cómo una música navideña influye positivamente en las ventas de regalos, incluso una vez pasadas estas fechas.
En la televisión o la radio
Que veamos tantas canciones conocidas en los anuncios no es un gasto inútil por parte de las empresas anunciadoras. Nosotros asociamos estados de ánimos a estas músicas: como puede ser felicidad a una canción que nos pone contentos, o emoción hacia otra; y eso mismo lo acabamos por asociar al producto. Como ejemplo, la canción Happy de Pharrell Williams está siendo utilizada en múltiples campañas publicitarias, ¿y qué nos transmite? Alegría, movimiento, felicidad… No solo escuchamos la música, sino que consigue que prestamos más atención al anuncio y asociamos esa emoción al producto que nos tratan de vender.
Todo esto esta medido por las empresas anunciadoras, cualquier respuesta que tengamos a los estímulos estará estudiada con antelación. La verdad es que todo esto nos hace pensar que somos menos independientes de lo que pensamos, todos somos condicionados sin que podamos evitarlo.