Muchas veces, cuando nos adentramos en el mundo de las comunicaciones y el personal branding no sabemos diferenciar demasiado entre los conceptos de imagen, marca personal y reputación. Aunque puedan parecer prácticamente idénticos, no lo son, tienen claras diferencias.
La imagen puede considerarse como lo que proyecta la marca a sus seguidores, cómo transmite su mensaje a éstos. La marca personal, por el contrario, es de uno mismo, no de una empresa en general. Esta marca es única e irrepetible y hace falta cuidarla para poder tener una buena posición en este mundo. La reputación es lo que piensan las personas de ti, ya sean trabajadores internos de tu empresa o clientes y usuarios externos con los que hablas a través de las redes sociales.
Para poder funcionar el mundo del personal branding es muy importante tener bien controladas y saber tu posición en los tres términos. La imagen es realmente importante para que los usuarios puedan conocerte y puedan acordarse de aquello que estás promocionando. Debe ser atractiva para ellos y sobre todo transmitirles algo.
La marca personal se debe cuidar porque es aquello que nos hace únicos, aquello que nos va a diferenciar de otros productos u otras personas que ofrezcan servicios parecidos a los nuestros. El público debe reconocernos rápido por algo que nos haga diferentes.
Por último, otro de los factores más importantes es cuidar la reputación. Se consideran muchos aspectos a la hora de valorar una reputación y al igual que en la vida real, es muy difícil conseguir una buena. Aunque, por el contrario, es realmente fácil perderla por un fallo.
La mayoría de las cosas mencionadas son bienes intangibles pero eso no las hace menos importantes. Cada una de estos factores debe cuidarse de una manera y debemos estar pendientes en todo momento para que nuestro Personal Branding sea un éxito.