Las redes sociales se han transformado en la principal herramienta de marketing para muchos emprendedores que están empezando su negocio y pequeños empresarios. A la hora de enfocar el perfil en la red social, Facebook principalmente, debemos ser conscientes de no agotar a los contactos con demasiada información o evitar el riesgo de transformar nuestro espacio únicamente en un lugar exclusivamente publicitario.
Publicidad sí, pero también cercanía
Es normal que si tenemos un bar anunciemos el menú del día que tenemos, el precio de las copas o la selección musical; pero no debemos quedarnos únicamente en esos aspectos. Todo usuario de Facebook quiere feedback y sentirse cercano a los contactos y las páginas que sigue.
Una idea es solicitar consejo sobre la selección musical, ideas para noches temáticas o variables similares. No es necesario ni realizar un sorteo, comentar es gratis y todos están deseando dar su opinión.
También es buena idea el contar anécdotas, celebrar aniversarios o compartir canciones que vayan a sonar en el local. Esto último no debe ser una costumbre, pero sí es un detalle que agradecen los usuarios.
Publicidad y publicidad, mala solución
Ahogar las actualizaciones de Facebook en publicidad y promociones no es la mejor solución para pequeñas empresas. El cliente sabrá de la existencia de la empresa con una actualización diaria, pero si en algún momento se siente saturado –y esto puede pasar con asombrosa facilidad-, dejar de seguir la página o desamigarse es cuestión de un solo clic.
Para evitar el efecto contrario a lo que deseamos, lo mejor es realizar un planing semanal con nuestras actualizaciones. No hace falta detallarlo, bastará con poner de qué querremos hablar en general. De este modo no nos dejaremos llevar por la publicidad ni por nuestras anécdotas y cotilleos. Un buen equilibrio en nuestras actualizaciones será la mejor llave para afianzar al cliente y potenciar el negocio.