Cuando una persona entra en una red social lo suele hacer con mucho entusiasmo. Publica contenido todos los días y se emociona cuando interactúa con otros. Pero esto puede derivar en dos opciones, o te quedas y mantienes tu perfil en la red social o acabas aburrido y terminas por abandonarlo.
Esto está bien si hablamos en un ámbito personal, pero en el ámbito profesional esto es más complicado. Si quieres dedicarte a las redes de forma profesional no vale con publicar masivamente a tus seguidores, al revés, se intenta llamar la atención y no sirve para nada. Tienes que dar contenido a menudo y que ese contenido sea relevante, pero eso no es nada fácil de hacer.
Hay que estar siempre dispuesto a aprender. En las redes sociales se aprende mucho observando y recopilando información. Por tanto, hay que estar siempre atento a lo que sucede allí.
También se debe ser participativo. Tienes que estar a diario creando contenido y ese contenido no tiene por qué ser un comentario o una entrada en un blog. Los usuarios aprecian mucho cuando alguien se toma el tiempo para interactuar con ellos, resolver dudas o simplemente charlar. Esto resulta siempre esencial.
El contenido que se publique debe ser de calidad, pero nadie nace siendo experto, así que no hay que tener miedo de cometer algunos errores por el camino, y menos cuando se empieza en las redes sociales.
Ser activo en una red social requiere mucho tiempo y esfuerzo pero si se hace con ganas, cada segundo que se invierta en la red social merecerá la pena y las interacciones con los usuarios harán que éstos estén más contentos y que visiten más a menudo nuestra red social.
¿Y tú? ¿Con qué fin usas las redes sociales?