Ser emprendedor no resulta barato en la mayoría de los casos. Cuando creas una start-up, nunca vas a tener claro los ingresos que vas a tener, se pueden estimar, eso sí, pero acertar es bastante difícil. Lo que sí podemos saber con seguridad es el dinero que vamos a invertir en la nueva empresa.
Está claro que los gastos son inevitables, ya que una start-up, no despega sola, pero hay que saber invertir con cabeza y no gastar demasiado en cosas innecesarias. La inversión en Facebook Ads sí es un buen gasto de dinero, la publicidad nunca viene mal, y puede ayudar en el crecimiento exponencial de tu empresa. Otros gasto inevitables se da cuando quieres acelerar el proceso de crecimiento, una mayor inversión siempre ayuda más, pero sin derrochar el dinero y siendo conscientes en qué cosas hay que invertir y en qué cosas no.
Muchas veces, se puede ahorrar bastante dinero tirando de inversores, como por ejemplo, ahorrando oficinas en los primeros meses de arranque, en los que aún no se sabe cómo irá la cosa, compartiendo los despachos con los inversores que creen en nuestra start-up. Otro ejemplo es conseguir salas de formación totalmente gratuitas a cambio de acceso sin coste a los cursos presenciales a la empresa en cuestión. Y por último, la difusión gratuita en diferentes medios, a cambio de la venta de varios productos con precios a bajo coste.
Esto no significa que seas un tacaño a la hora de despegar tu nueva empresa, sino que se trata de diferentes trucas para optimizar los gastos y, a la vez, garantizar la difusión de la empresa en diferentes ámbitos. Hay que tener muy en cuenta, que todo lo que te puedas ahorrar al principio, no tendrás que facturarlo después, es una buena forma de ahorrar y tener un colchón para otro tipo de necesidades y emergencias de tu start-up.