El momento de plantearse nuevos objetivos no es con la entrada del año sino en septiembre. Junto con el comienzo del llamado curso escolar es cuando muchas empresas comienzan sus nuevos negocios y se plantean las inversiones que van a hacer con mejores ánimos y más ganas que en cualquier otro momento, con las vacaciones recién acabadas y el deseo de crecer.
El momento de contactar con otras empresas
La primera semana de septiembre es el momento de contactar con otras empresas para comenzar negocios u ofrecer nuestros servicios. Este mes suele contar con una bolsa de inversión superior a lo habitual y es cuando se valoran nuevas colaboraciones o modelos de negocio.
Como todavía faltan un par de semanas, lo mejor es ir elaborando un listado de empresas con las que se desea contactar y la importante carta de presentación junto a los documentos que validen nuestra profesionalidad. Los primeros días laborables de septiembre son los idóneos para enviar el correo.
Definir los objetivos
La época de septiembre hasta final de año también es el momento perfecto para preparar los cambios que queremos hacer en nuestro proyecto. En verano habremos tenido tiempo de sobra para valorar nuestros defectos y comprobar que hay áreas en las que hemos fracasado. Es necesario cambiar la filosofía de trabajo y probar nuevas fórmulas. Los cuatro meses que van desde septiembre a diciembre son un tiempo prudencial para experimentar en la búsqueda de cubrir nuestras fallas con nuevas ideas.
Cambia tu imagen
Un lavado de cara y modernización de nuestra imagen corporativa ayudará a reclamar la atención de nuevos clientes, llamar la atención de los que ya tenemos y tomar un nuevo rumbo que nos motive a fondo. La imagen que trasladamos es la carta de presentación por encima de nuestro trabajo, nadie entra a una empresa que tiene mala pinta a primera vista, ¿no? Pues es el momento de invertir en uno de los detalles más importantes y limpiar nuestra imagen: los clientes llegarán solos.