Para algunos empresarios el tratar de llegar al cliente más joven puede ser una barrera casi insalvable. Los jóvenes han cambiado y poco tienen que ver con los de hace cinco años. Su tecnología, las tendencias que siguen, su lenguaje… incluso sus vías para comprar productos. Por eso hay que ajustarse en lo posible a su realidad para poder crear de cualquier joven un cliente potencial.
Habla su idioma
Si no conoces a tu cliente más joven, no le vas a poder vender nada. Lo mejor es que conozcas sus tendencias, sepas de sus intereses y le puedas decir en su mismo idioma por qué tu producto es justamente lo que necesita. Con esto no hablo de utilizar un vocabulario u otro, sino de ajustar las vías por las que transmites el mensaje y la claridad necesaria para que él muestre interés.
Joven no significa estúpido
Al pensar en los jóvenes muchos hablan de ellos de forma despectiva, pero la verdad es que son unos compradores muy duros. La cada vez mayor independencia económica que tienen y el poder acceder a información sobre los productos les hacen desconfiar de las ofertas sospechosas o los vendedores que les tratan como a estúpidos. Por eso debes respetarle y aprender a negociar con él, si eres capaz de ofrecerle un buen producto, no solo tendrás un comprador, sino que seguramente llegarás a su grupo de contactos.
Su cultura es su identidad
Utiliza la música que escuchan en tus anuncios, ofrece ofertas a compradores de su edad, regala productos que les resulten interesantes aunque no tengan que ver con tu sector… Lo mejor es que te hagas uno de ellos para afianzar su interés en tu producto. Esto no ha cambiado con los años, su cultura y ocio es su identidad, úsalo todo lo que puedas para que quiera acercarse a ti.