Esta etiqueta es usada por Google para asegurar el contenido que existe en cada país y cómo se mueve este contenido. No somos máquinas y a la hora de crear webs podemos cometer errores y poner el directorio de un país mal sin ni siquiera darnos cuenta. Esto puede causar que cuando las personas vayan a buscar una página web, el dominio de ésta no sea precisamente el correcto y las analíticas de la web pueden resultar más beneficiosas en un país cuando realmente la web pertenece a otro.
Google ofrece muchas penalizaciones si se incumplen algunas de sus normas en el momento de crear sitios webs y una de las penalizaciones más graves suele darse por contenido duplicado. Llega un momento en que el simple hecho de cambiar cualquier expresión de la página se considera duplicado. La etiqueta ayuda a controlar este tipo de problemas aunque también ofrece muchísimas más ventajas en el día a día.
Implementar esta etiqueta es muy sencillo, simplemente tenemos que añadirla al dominio de la web y así google podrá dejar de contar esos fallos que a nuestros ojos parecen tan simples como penalizaciones.
Imaginemos que tenemos un proyecto en España que queremos hacer internacional. Es sencillamente la misma página pero traducida a cualquier otro idioma o hacerla disponible para países de América Latina. Google contará la traducción o el cambio de expresiones como cosas a penalizar por ser el mismo contenido intentando implantarse en un dominio distinto. Pero si finalmente añadimos esta etiqueta, se contará como una página web normal y corriente y google dejará de darnos problemas.
Si necesitamos exportar proyectos o internacionalizar webs es muy importante recordar este pequeño consejo. Si no sabemos lo que realmente está ocurriendo, no podemos cambiar y nos pueden penalizar por algo que no es nuestra intención.